domingo, 3 de febrero de 2008

EL RESULTADO FINAL


Es el momento de ultimar detalles. Una cosa muy importante es tener una superficie a mano donde poder dejar las bandejas calientes cuando las sacas del horno. Yo he puesto una mesa de piedra al lado del horno. También he decorado el rincón con unas jardineras que iré poblando poco a poco.


Con esta página, no he pretendido dar ninguna lección a nadie, sino contar mis experiencias y compartirlas con todos. Pero estoy abierto a recibir críticas, siempre que sean constructivas y a dar mi opinión o consejo sobre cualquier punto de su construcción.


EL BAUTIZO DEL FUEGO


Los nervios hacen que no pueda esperar más para hacer las primeras pruebas antes de ultimar detalles. Hace una semana que terminé la obra y enciendo el primer fuego. En este caso lo hago en la hornilla inferior, a diferencia del uso normal pero lo que me interesa es secar y calentar toda la obra.


A la izquierda la hornilla inferior encendida y a la derecha la lengua de fuego que llega a la bóveda del horno. El tiro es perfecto.

La construcción

LA BASE







Aquí quiero diferenciar dos partes: el horno propiamente dicho y la obra exterior. Ésta segunda parte puede ser de lo más variado. En mi caso lo realicé con ladrillo caravista, levanté un pie que tuviese una luz de 95 cm. para poder apoyar los machihembrados de 1 m.


Una vez colocados éstos y reforzado con un angular de 40 mm en el puente, levanté otra fila de ladrillos recortados para hacer la caja del hormigón y con unas varillas de hierro dentro.


Aquí hice el primer planteamiento del horno. Están dibujadas las dos cámaras para colocar correctamente el conducto de unión.
HORNILLA


Las dimensiones de la hornilla tienen que ser suficientemente reducidas para que no enfríe el horno y lo suficientemente amplias para que podamos hacer fuego y darle otros usos.
Normalmente la temperatura de la hornilla no será muy elevada, por lo tanto, con ladrillos planos es suficiente.


Una vez colocado el suelo de la hornilla, ponemos una hilada de canto y con la ayuda de un molde de madera vamos cerrando de forma poligonal. Al fondo de la hornilla levantamos el conducto que tiene que coincidir la cara interior con la circunferencia del horno.


La hornilla terminada.


Una vez levantado el muro exterior y dándole saliente al frente para disponer de más espacio delante de la puerta, rellenamos el interior con tierra para apoyar la hornilla inferior.


Construimos todo el sardinel alrededor de la base, con la ayuda de un encofrado que nos hace de soporte y de guía.


De esta forma nos queda la caja, que con unas varillas de hierro llenaremos de hormigón para sentar el horno.
LA BÓVEDA

Planteamos el diámetro y la boca, colocamos una fila de ladrillos refractarios, respetando la boca del conducto de la hornilla y la puerta del horno y rellenamos con vidrio machacado parte de la cámara que nos queda.


Se rellena de sal y la compactamos lo más posible y en seco, ya que los ladrillos del suelo irán sueltos encima de la sal.


Colocamos el suelo del horno directamente sobre la sal y bien nivelado. Sólo se ponen con mortero refractario los del contorno. Tenemos que tener la precaución de no colocar trozos pequeños de ladrillo junto al conducto de la hornilla, poniéndolos en el centro de la fila si es necesario. Una vez terminado el suelo le echamos una lechada de mortero refractario para tapar las juntas de los ladrillos.


Con ayuda de dos moldes y con una cuerda para marcar los radios a la hora de colocar los ladrillos, construimos el arco de la puerta.


La bóveda la construimos con medios ladrillos, ésto hace que nos quede mas redonda. Para cortarlos simplemente los marcamos con el disco de la radial.


Colocados en hueco les damos un golpe y ya está, la cara fea del corte siempre la ponemos hacia la parte exterior.


Empezamos a levantar la bóveda. Las dos primeras hiladas se colocan horizontalmente. Esto hace que luego no tropiecen los alimentos en la pared del horno. La tercera hilada es la que más junta tenemos que poner, ya que tenemos que recuperar los grados de inclinación perdidos. Una de las partes que más hay que trabajar es la unión con el arco de la puerta, tallando los ladrillos para darle la forma adecuada. Por la parte trasera del puente, las juntas se quedan con poco relleno. Esto facilita la unión con la bóveda.


En el centro del suelo hemos colocado una cuerda bien sujeta a un tornillo clavado. Es nuestra guía para la colocación de la mayoría de los ladrillos de la bóveda. Simplemente con unos nudos nos marca el radio y la inclinación. Los más próximos al arco de la puerta tienen que adaptarse para unirse al arco.


A dos tercios de altura y junto a la puerta he tallado los ladrillos para hacer la caja de luz. En esta caja colocaré un cristal vitrocerámico sujeto con mortero refractario y una bombilla detrás. Esto no es indispensable pero viene muy bien.


Los ladrillos tallados con el disco de la radial no son necesarios rebajarlos hasta el final ya que la colocación de los mismos hace que en la parte exterior tengamos más sitio.


Conforme la bóveda va subiendo la colocación es más complicada, pero es cuestión de un poco de paciencia. Para dar forma al conducto de la chimenea he tallado un ladrillo entero en forma de cuña.


Para cerrar la bóveda, he puesto una tabla de madera circular del tamaño del hueco, que me cupiese por la puerta, bien soportada desde abajo y con un agujero central por el que he sacado la cuerda.


Con arena mojada y sin cemento, le he dado la forma hasta la altura del nudo que me marcaba el interior de la bóveda. Con este molde la colocación de los últimos ladrillos es muy fácil.


Cada vez es más difícil hacer círculos pequeños con ladrillos cuadrados por lo que los recorto un poco para que sienten mejor.


La bóveda la cerramos con un ladrillo en forma de cuña. Es importante compactar bien las juntas, sobretodo en estas últimas hiladas. Una vez terminada la bóveda y dejando secar, retiramos el molde por la parte interior del horno.


No queda muy bonito pero sí seguro. Por fin ya tenemos la bóveda terminada.

REVESTIMIENTO


Taladrando con una broca ajustada a los tornillos para no poner tacos, he colocado cuatro tornillos en los rincones.


He forrado toda la bóveda con manta de fibra de vidrio, sujeta con alambres a los tornillos.


La fibra de vidrio además de aislar hace de junta de dilatación para la bóveda. Después coloco una tela metálica bien tirante para que se agarre el mortero con el que lo luzco.


Con dos capas de mortero, de 2 cm. aprox. cada una, hace de cubierta para la lluvia y conserva el calor.


LAS PUERTAS Y LA CHIMENEA


Con ayuda de la tabla de madera que ha servido de molde para la hornilla y con los márgenes necesarios, hacemos un molde para contornear el marco de la puerta. La puerta es de chapa de 3 mm. y con una ventana para regular el tiro.


Por la parte interior se contornea con una pletina de 45 mm. y rellenamos de mortero refractario.


La puerta del horno es de igual construcción pero semiesférica en vez de poligonal. Se rellenará con mortero para soportar mejor la temperatura. También tiene una mirilla para poner cristal.


Un detalle importante de la puerta es la pletina que, colocada en la parte superior del marco a modo de visera, hace que no entre agua de lluvia y sobre todo que el humo que pueda salir por la puerta no mascare los ladrillos del arco. El tiro de la chimenea es de una chapa de 8 mm. para soportar bien las altas temperaturas sin deformarse.


Colocamos el tiro justo encima del arco de la puerta y con una abrazadera de sujeción le pongo una cremallera para regular el tiro.


Levantamos la chimenea lo necesario para librar los tejados próximos. El diámetro de todo el conducto es 150 mm.